Veintitrés años desde la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y aún muchas empresas la ven como una imposición. La Ley persigue el desempeño de nuestras tareas de una forma más segura y, sin embargo, no se le da la importancia que merece.
Pero, ¿por qué? Quizás no sabemos transmitir el valor que la PRL aporta a una organización.
Para que sea vista como un valor añadido, tenemos que lograr dos factores:
- Debe ser percibido como tal por todos los integrantes de la organización
- Debe responder a un beneficio.
La cuestión es, ¿cómo lo conseguimos?
El primer paso para llegar a nuestros objetivos es convencer e involucrar a directivos y mandos intermedios de que la PRL añade un grado de madurez y desarrollo en su empresa. Algunos argumentos que podemos dar son:
- La mejora en las condiciones de trabajo implica una mejora en la calidad del mismo, reduce la accidentabilidad, incrementa la motivación de los trabajadores y la productividad.
- Una baja siniestralidad mejora el posicionamiento y credibilidad de la organización en el mercado (imagen de marca).
- La mejora en las condiciones de trabajo implica una reducción del absentismo laboral.
PRL Innovación en unas jornadas sobre “¿Cómo podemos aportar valor en la empresa?” Concluyeron que era necesario promover:
- Una información accesible a toda la línea de mando y empleados de una forma personalizada y en tiempo real. En PRL la información debe ser transmitida sin dificultad.
- Una valoración y aprovechamiento de lo que ya existe o está creado dentro de la organización y potenciarlo.
- Una estrategia de marketing interna y externa para mejorar la imagen de la PRL en la organización y en las partes interesadas.
- El acceso al conocimiento y a la adquisición de competencias en materia de PRL a todos los miembros de la empresa.
- Un impulso, desde la dirección, de todo lo relacionado con PRL para una mayor sensibilización.
Por tanto, el segundo paso y más importante es Comunicar. Una comunicación centrada en las personas y no en las normas, es vital. Una comunicación directa y personalizada que demuestre la consideración que la empresa tiene de las personas que trabajan en ellas.
Para ello es necesario destacar los elementos positivos y minimizar los negativos. Estos últimos tienden a ocultar los primeros ya que suelen presentarse a más corto plazo. No podemos estar hablando en términos negativos (de accidentes, deberes,…) sino que hay que transmitir la idea de BIENESTAR.
Las personas perciben los accidentes como algo lejano, que les puede suceder o no, las normas como una obligación, imposición; sin embargo el bienestar es algo que todas desean.
Si implantamos la PRL como un valor añadido, centrada en el bienestar de todos los componentes de la empresa, conseguiremos el mayor valor de una organización, la FIDELIZACIÓN del personal.
Gallup descubrió que cuando los empleados son apreciados, reconocidos y fidelizados, son:
- Más productivos. 78% dijeron esforzarse más si son reconocidos.
- Más leales. 15% menos de rotación.
- Están más seguros. 50% menos de accidentes
Concluyeron que las empresas con empleados fidelizados crecen en ganancias hasta 3 veces más rápido que su competencia.
Conseguir la EXCELENCIA EMPRESARIAL pasa por considerar la Prevención de Riesgos Laborales un valor añadido, del que toda la organización sale beneficiada.